viernes, febrero 06, 2009

Retorno

Bogotá/interior/noche

Veinticuatro meses han pasado desde la última vez que tuvo intimidad, la noche se veía especial, deseaba que se distara de las anteriores, al llegar al apartamento de quién se había convertido en su amante basto un solo vistazo para descubrir que algo se había roto. Nunca supo quién lo quebró, ni dónde, el daño irreparable estaba ejecutado.


Salió, bajo, lloro y minutos después sus manos estaban masturbando una sombra que doblaba en la esquina cerca a su verdadera residencia, la soledad era suprema, la libertad máxima y generosa. Él ya era otro.



viernes, febrero 16, 2007

Sinópsis

Exterior-interior/día-noche/planeta tierra

Nació una mañana tranquila,
sin darse cuenta creció,
intentó reproducirse (pero no se puede entre los mismos),



















folló todo lo que pudo más no todo lo que quiso,
y sin que nadie se diera cuenta murió, se transformó.





viernes, octubre 06, 2006

Secretos de un cuerpo sonoro

Bogotá/Exterior/Día

La metrópoli, urbana, citadina y capital abraza el pequeño espacio de césped donde caen las hojas y los tímidos haces de luz. Recostado sobre mi propia ropa intento escuchar los susurros dispersos por el aire.

Mi piel desnuda presiente los gemidos de una ciudad lujuriosa y exuberante, los gritos de una virgen en su primera penetración, los latidos de un adolescente mientras se masturba en el baño de su casa, los susurros de una pareja que se ama en la intimidad, la risas de una mujer adulta saliendo de entre las palmeras de un motel, la cachetada en una nalga, el chillido de tantas camas en tantas habitaciones de tantas casas, el rose de incontables cuerpos, los labios recorriendo infinidad de pieles, y mi mano apretando el falo que calientan los tímidos haces de luz.

Mi cuerpo es el parlante vivo da una ciudad que exuda sexo, la huella audible de aquellos lujuriantes que se regocijan en ella.

viernes, julio 07, 2006

Presencia

Bogotá/Exterior/noche
Caminaba con tranquilidad, el cansancio no logró hacerle recapacitar en la idea de coger un taxi para llegar a casa, sus ganas de recorrer ésta parte de la ciudad le seducía con más fuerza. Una brisa fría rozaba suavemente su cara y los árboles soltaban un par de hojas con el ruido del viento.

Al ver la banca solitaria decidió sentarse, sus piernas reclamaban un descanso. Un instante después llego la compañía. Solo estaban los dos en la banca, en el parque, en la ciudad.

Aquella nueva compañía se abalanzo con premura sobre su cuerpo, con el cansancio y la sorpresa no pudo defenderse. Su ropa comenzó a ser desprendida por aquella excitada presencia, los esfuerzos de zafarse fueron insulsos, su cuerpo ya no le pertenecía.

No intento pronunciar palabra alguna, ningún suspiro, esto provocaba que su atacante actuara con mayor ímpetu, intentaba penetrarle con premura. El frío entraba ya en todos sus huesos, la sensación de un ultraje en aquel parque estaba fuera de los parámetros sospechados.

La excitación era compartida, las caricias desembocaron en feroces besos que luego condujeron a un orgasmo no esperado.

No hubo golpes, solo un par de rasguños en las piernas, la ropa en el suelo y el gran placer de haber vivido una violación por una presencia que no le era tan extraña. Aquella presencia compartía su dormitorio y su vida.

viernes, junio 02, 2006

Del Confort y música para volar

Bogotá/Exterior/Día

Caminando por la Séptima cerca al Museo Nacional, se produjo el encuentro. Él, alto moreno de cabello largo, abundante barba y ojos negros penetrantes, ella de estatura media, cabello corto y mono, piel blanca y voz angelical. El ineludible saludo y luego la invitación a tomar un trago en el apartamento.

Tres copas servidas, dos botellas vacías y una recién destapada, él recostado en el sofá sosteniéndole la cabeza a ella, yo sentado en el suelo observándolos, la música que nos acompaña: Azul de Zbigniew Preisner (banda sonora de la trilogía de Kieslowski).

Por fin ella sale de la sala, quedamos solos él y yo, la atracción es evidente, comenzamos a besarnos con premura, ella regresa con la hielera y un cigarrilo, se acerca lentamente y toma mi cabello, busca mi boca, la encuentra, él le quita la blusa y deja sus senos expuestos los chupa como si fueran de caramelo, ella gime ligeramente, él se desviste y ambos me quitan la ropa con delicadeza. Me siento como un invitado, me relajo y me dejo atender.

Ella comienza a chuparme el miembro, mientras él dilata su vagina con los dedos, me besa, los toco, él la penetra, ella sigue gimiendo, mis manos tocan todos los cuerpos, sus senos ahora los recorren mis labios, el me masturba suavemente, la música continua, observamos nuestros cuerpos excitados y calientes, no aguanto más y me vengo en la mano de él, esto la excita a ella contorsionándose para que él la penetre, es demasiado tarde, él se esta viniendo y la mancha.

Allí terminamos, tres copas, tres botellas, tres cuerpos humedecidos y un olor penetrante que se mezcla con el humo de la marihuana que fumamos para mantener el estado, de fondo la música de: Trois Couleurs: Blue de Kieslowski.

martes, mayo 16, 2006

Deseo

Bogotá/ Interior/Noche

Esa mañana despertó con un presentimiento, algo bueno iba a sucederle. Pero, ¿como podría acordarse de ello mientras le hacia el amor? Se sonrojo. Ella, encima de él y envuelta en sabanas, que dejan ver sus pequeños senos, no nota aquel augurio que se revela en el rostro de su amado.

Las caderas comienzan a agitarse con una cadencia más rápida, él le solicita que apriete su cuello, como noches anteriores; está convencido que la falta de circulación permite que su miembro engruese y aumente la erección, ella accede gustosa ya que se beneficia del juego.

Están muy exaltados y sin embargo ambos quieren más placer. Ella toma la iniciativa y alcanza la bufanda que había sido lanzada al entrar en la habitación y ahora estaba al alcance de sus manos, rodea el cuello de su compañero y comienza con suavidad a apretarlo, la asfixia aumenta la excitación de ambos.

El sudor aumenta y el ardor en sus cuerpos se hace irresistible debido a la penetración. Él mira fijamente sus ojos y transmite su deseo, ella lo percibe y aprieta con fuerza la bufanda, el éxtasis llega al punto más álgido, los cuerpos se contorsionan, el calor aumenta y ella llega al orgasmo con un grito mudo. Él no alcanza a eyacular dentro de ella, su cuerpo se enfría y su mirada se pierde. Más que presentir, él deseaba morir esa noche.

lunes, mayo 08, 2006

Bajo la lluvia

Bogotá/ Interior/Día

No están seguros hasta donde puedan llegar, lo único claro que tienen en sus mentes es el querer hacerlo juntos por primera vez. Se miran, se desnudan, sus cuerpos tiemblan por la duda y la curiosidad, él desea tocarle el rostro, pero renuncia a hacerlo, puede no ser conveniente.

Ambos tiritan por el inclemente invierno que asota la ciudad, él se arriesga y osa abrir la puerta del baño, entran con nerviosismo, los pies se enfrían al contacto con la blanca y helada baldosa que recubre el piso en su totalidad, un ligero beso ayuda a calmar un poco el ambiente.

Él siente que su cuerpo ya está preparado, a pesar del frío le pide que se acueste en la bañera, es tiempo de empezar, ya no hay espera. Los ojos fijos uno en el otro, los cuerpos dispuestos y la mano de él que toma su miembro para dirigirlo al cuerpo de su pareja, no hay erección; los rostros cambian de la agitación al gozo mientras el tibio liquido cae y recorre la piel de quién está recostado en la bañera.

Dos cuerpos desnudos en una bañera, uno recostado el otro de pie, uno medio seco el otro empapado, un ligero calor se apodera del cuarto de baño y una tenue lluvia cae sobre la ciudad.

jueves, abril 20, 2006

Designio

Bogotá/Interior/día

En aquella primera noche, yo solo deseaba saborear su piel, recorrerla, besarla y estimularla, craso error. Los hades ya habían decidido su destino desde hacia tiempos. Anhelaba hacerle el amor como a una virgen, enseñarle los secretos que otros ya me habían revelado, gozar de su sexo y luego escaparme en la mañana como había hecho con mis amantes anteriores.

Antes del encuentro, yo creía conocerlo todo, a un punto que ya nada me sorprendía. Cuando accedí a su cuerpo, hallé sabores que me eran totalmente desconocidos, su piel gozaba de una dulzura achocolatada, un manjar que aumentaba mi excitación entre más lo lamía y lo recorría, no hubo necesidad de utilizar otros recursos, con mi paladar gozando en toda la extensión de su cuerpo logre un orgasmo placido y prolongado.

Ineluctablemente quede adicto, mi boca solo deseaba besar ese cuerpo, no quería abandonarlo, pero mi destino ya había trazado otros caminos. Ese cuerpo dúctil y apasionado no me pertenecía poseía lazos con otro un ser amado… ¿quería yo alterar su destino?... ¿sabía de verdad cuál era su destino?...

... me di cuenta que es estupido anhelar cambiar algo que no conozco, me dedique a desearlo y pronto encontré respuesta…

lunes, marzo 27, 2006

Memorias de un lugar

Bogotá/Interior/Noche

No quiere estar allí, solo quiere abandonar todo aquello que le causa daño, dejar que se empolven los espacios en los que en algún tiempo hicieron el amor. La sala se hace inmensa y las habitaciones parecen desiertas, los gemidos y el olor de aquellas largas faenas retumban por todos los recintos. No existen espacios vacíos en la casa.

La chimenea permanece apagada, en la terraza las palomas no han vuelto a escudriñar migajas, la alfombra comienza a perder su color original y las ventanas extrañan el humo del cigarrillo, la marihuana y el sudor de los cuerpos que se entregaban en intensas bacanales.

Pretende cabalgar, llevarse sus recuerdos y dejarlos escondidos en algún lugar profundo, tal vez en un árbol, como lo vio en aquella pantalla de cine, quizás amarrarlos a una piedra y lanzarlos al río. Al final acabara confiándolos en un fugaz encuentro de lujuria contenida, en otro lugar que querrá olvidar de inmediato.

lunes, marzo 13, 2006

Génesis


Cuzco/Interior/Día

Corre el año de 1979, Ella y Él habitan un hotel en el céntrico barrio San Blas de la ciudad de Cuzco, llegaban de un largo viaje por el Titicaca y el desierto del Perú. Semanas atrás habían emprendido un viaje, dejando en tierras colombianas todo lo que habían construido en años, su objetivo: vivir, vivir juntos en Latinoamérica.

La familia estaba completa constituida e instaurada como Dios manda: Ella, Él, una niña mayor y un varón menor, este último nacido en Otabamba (Bolivia). Las cosas marchaban conformes así que todo era prometedor…

Una noche, luego de una ausencia de casi dos semanas Él llega a hotel donde se hospedaban, las ganas que tienen de hacer el amor son incontenibles, se miran, se desnudan y comienzan a amarse, en un instante, Ella detiene su impulso y se preocupa por la estabilidad de la familia, es decir, un ser mas podría no ser tan deseable. Sin embargo, Él la tranquiliza diciéndole que ahora no habrán mas problemas, se ha realizado la pequeña cirugía que permite a los hombre tener sexo sin preocuparse por la procreación… Ella siente un alivio infinito y se entrega como si fuera la última oportunidad de amarse y de estar juntos

La alborada es esplendida, los dos amantes amanecen entrepiernados, sudorosos y tranquilos. Toman a sus dos niños y salen a recorren la hermosa ciudad Inca por décima vez, pero en esta oportunidad, paran en el parque central y se toman una foto para la posteridad.

Semanas después, Ella se siente algo enferma, nota que tiene los mismos síntomas que en sus embarazos anteriores, de inmediato habla con Él y comenta su angustia, Él confiesa que le ha mentido, aquella cirugía nunca se la realizó.

Meses después, en la ciudad de Bogotá y en la clínica con ese mismo nombre, Ella daba a luz a un niño, no deseado, producto de la mentira de Él, la ingenuidad de Ella y la pasión de ambos. Ahora la familia estaba desequilibrada.

Años después, aquel niño viaja a la ciudad de Cuzco, ya siendo un joven, en busca del porque de su existencia, lleva varios meses perdido y parece no encontrar la respuesta.